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Geotermia: avaricia disfrazada de sostenibilidad.

Alerta Roja x Luz Verde.

Hace unos días nos despertó un baldado de agua fría con la “Luz verde” a la Geotermia en el Kumanday, “El anuncio se da, luego del memorando de entendimiento que se firmó en marzo del 2023 entre Ecopetrol, la multinacional Baker Hughes Company y la Chec para estructurar estudios de factibilidad y volver a las exploraciones en la zona alta de Villamaría, en la vereda El Páramo, cerca de las fincas Los Alpes, El Plan y Pirineos.” (Abajo las fuentes). Con el visto bueno de Corpocaldas y Min Ambiente. Atontado por la noticia recordé una historia que me contó alguna vez un amigo, hoy secretario de educación de Manizales, quien antes de dar su salto mortal de la “alternatividad” a la política tradicional, y quedar convertido en una marioneta más, me narraba una conversación jocosa con un campesino de Florencia Caldas que iba más o menos así.

 

El llegaba a despedirse del campesino porque dejaba su cargo como director del Hospital público para hacer sus estudios de maestría. [Entonces se va a estudiar le preguntaba el campesino. Si le respondía él. Así que usted estudió 11 años en el colegio, luego 5 años en la universidad y ahora va a seguir estudiando. Sí, le respondió él de nuevo. Usted tiene que ser muy bruto, concluía el campesino, y se soltaban las risas.] A veces falta sentido común y sobra conocimiento científico, recordé. Romper la superficie del suelo vecina a una zona de Páramo, repleta de fuentes de agua que vienen del Volcán nevado montaña arriba, para producir energía. ¿Cabe algún tipo de justificación? Claro que sí dirían los geólogos, los energólogos, los políticos y los empresarios… cubriendo su palabra con el disfraz de la sostenibilidad. La geotermia es la energía más limpia que existe réplica la ciencia histérica. ¿qué quieren entonces? ¿qué proponen?

 

Y antes de proponer algo diferente. Porque no preguntarse ¿necesitamos esa energía?, cuestionarse ¿por qué tanto interés en el desarrollo de estos proyectos de “innovación” energética? Un par de datos quizás ayuden a pensar otras respuestas. ¿qué tan buen negocio es? Ahí van. Por esta vía el socio local tuvo muy buenas utilidades en los últimos años “$159 mil 299 millones. Este es el monto de las ganancias que distribuirá este año la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec), producto de las mejores utilidades que alcanzó la energética en el 2022.” El socio multinacional ni se diga, obtuvo “2.000 millones de dólares en flujo de caja libre en 2023” según sus propios números públicos. Si le quitamos la máscara. La transición energética vista sin tanta moralidad, es una forma de sostener sus utilidades, su riqueza, con nuevos recursos y métodos. Será de esta sostenibilidad de la que hablan ¿A qué precio para las comunidades aledañas a toda la cuenca del río Chinchiná que recibirá sus impactos? ¿Quién gana y quién pierde “riqueza”? Sabiendo claro, que no hablamos de lo mismo: una riqueza es el dinero que produce el negocio, otra riqueza es el agua, la montaña, la vida en todas sus formas.

 

Parece ser que nos invitan a ver este ensayo de transición energética bien intencionado y esperar silenciosamente que el cálculo no le falle a los técnicos, mientras ponemos en riesgo el principal ecosistema de nuestro territorio. Nos invitan a confiar en la ciencia y sus tecnicismos. A nombre de una avaricia evidente. ¿qué más podríamos hacer? ¿es imposible pensar en reducir la energía que consumimos? ¿puede convencerse a estos empresarios regionales de reducir sus riquezas? ¿Entre el conocimiento técnico y la esquizofrenia del mercado hay una zona de grises?

 

Si esquizofrenia. Y no cualquiera, una amparada por la ciencia. “Solo así puede comprenderse como hemos llegado a situaciones tan insólitas del mercado internacional como las actuales. Por ejemplo, como documenta Pigem, en 2009 Inglaterra exportó a Italia 4400 toneladas de helado, mientras importó de ahí mismo 4200 toneladas. De igual forma Egipto importó 22000 toneladas de papa, mientras exportó 27000 para allá. No hace falta mucha explicación para darnos cuenta que algo no está bien en eso. Sospecha que se confirma al evidenciar que una lechuga producida en California y consumida en Washington consume 36 veces más energía de la que contiene en calorías”. De allí el poder de comer, aunque sea una lechuga de la huerta propia o comunitaria. De allí el descalabro de acabar con el agua de nuestro territorio para enviar aguacate al extranjero o producir energía “renovable” y “limpia”, para que la use la industria y se despilfarre en el consumo. Es limpiarle la boca al marrano diría mi abuelo, otro campesino.

 

Ojalá surjan, a través de la movilización social por nuestros territorios, otros escenarios para discutir estos temas sin tecnicismo y con más sentido común. Y espero que ningún joven científico se coma el cuento de que salva el mundo investigando las energías renovables, limpias. Solo garantiza la sostenibilidad de la riqueza del sector energético. Mientras se aplaza la pregunta por ¿cómo reducir la energía que consumimos colectivamente? Al menos a nivel local y sin poner en riesgo ecosistemas vitales como los del Kumanday y sus laderas. Muy sagradas por cierto.  

 

 

 

 

 

https://www.lapatria.com/economia/luz-verde-para-explorar-energia-geotermica-en-caldas

https://www.lapatria.com/economia/socios-de-chec-recibiran-dividendos-por-159-mil-millones#:~:text=%24159%20mil%20299%20millones.,la%20energ%C3%A9tica%20en%20el%202022.

https://www.bakerhughes.com/company/2023-digital-annual-report

Alternativas a la economía y al desarrollo desde las epistemologías del Sur y algunas nuevas visiones del mundo. José Andrés Fuentes González* https://revistas.ucc.edu.co/index.php/co/article/view/1504/1619

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